Los perros intentan comunicarse con nosotros constantemente, pero casi nunca se termina de completar esa comunicación, ya que nosotros ni si quiera nos damos cuenta de que ha comenzado a producirse. Tenemos que tener presente que existen muchísimas formas de comunicación, y si abrimos más los ojos, los oídos y la mente, podremos darnos cuenta de todo lo que nos estamos perdiendo. Nuestros canes tienen, y utilizan muy bien además, diferentes vías de comunicación:
- Vía corporal: Posiciones de las orejas, rabo, patas, torso, belfos, el cuerpo en general, pueden indicarnos qué quiere decirnos el perro en un momento determinado.
- Vía feromonal: las feromónas influyen en el estado emocional del individuo, alterando su comportamiento social.
- vía vocal: Esta es la que por lo general conoce la gente, tratándose de ladridos, aullidos, gemidos y gruñidos.
- vía olfativa: No hace falta que diga lo desarrollado que tienen este sentido los perros (poseen de 150 a 200 millones de células y receptores olfativos), era de esperar que lo utilizaran también para comunicarse. Podemos verlo por ejemplo cuando al saludarse se olisquean el ano, es una manera de saber la edad, sexo, estado de salud etc del otro individuo.
- vía auditiva: Mientras que los humanos podemos percibir frecuencias de entre los 20 Hz y los 20000 Hz, los perros llegan a captar sonidos entre los 35000 Hz y los 60000 Hz. Esto hace que sean capaces de observar nuestros cambios anímicos a través de nuestra voz, discriminar el sonido exacto de nuestro coche o pisadas al andar etc…
- vía visual: El campo visual del perro es mayor que el del humano, y la nitidez visual también supera a la humana. Es sólo en los colores en lo que parece que fallan, no es que vean en blanco y negro, pero les hes difícil ver ciertos colores.
Normalmente van unidas unas vías con otras y no podemos interpretar una de ellas por separado sin tener en cuenta el resto. Esto sucede mucho cuando vemos, por ejemplo, a un perro moviendo el rabo. Por lo general la gente tiende a decir ” mira, qué contento está!”, y podemos estar totalmente equivocados. Mover el rabo puede significar muchas más cosas, como nerviosismo, miedo, agresividad… Para saber qué le ocurre exactamente, tenemos que fijarnos en el resto del cuerpo y el contexto en el que está sucediendo todo.
Algo que no he dicho todavía y que es muy importante, es que para que se produzca una comunicación como tal, intra o interespecífica, es necesario que se cumplan unos requisitos. Evidentemente tiene que haber un emisor, un código, un sms y un receptor, pero no hay que quedarse ahí. El emisor tiene que ser consciente del mensaje que va a transmitir, ser consecuente con el mismo y ambos deben conocer el código. Existe además el feedback, a través del cual indicamos al otro que el mensaje está siendo bien recibido y entendido. Influyen además ciertos factores tales como la memoria, la experiencia, los sentidos, las emociones, las expectativas, el contexto y la saturación. Si cualquiera de los factores mencionados falla, la comunicación no podrá completarse.
Unas de las partes de la comunicación canina que me encantó conocer, son las señales de calma. En situaciones desagradables para el perro, o en una primera toma de contacto, un perro equilibrado y con una socialización más o menos normal, comenzará a realizar ciertas posturas con distintas partes del cuerpo, con la intención de tranquilizar al otro (sea humano o perro).
Las señales de calma pueden ser por ejemplo, un giro de cabeza ,comenzar a olisquear el suelo, sentarse o tumbarse, relamerse, entrecerrar los ojos, bostezar, moverse lentamente o quedarse quieto. Muchas de estas conductas las podemos realizar nosotros para que el perro entienda que no tenemos malas intenciones. Esto pasa mucho cuando llamamos al perro y no viene, comenzamos a desesperarnos y a levantar el tono de voz , al final terminamos gritando con una postura corporal agresiva, y encima, para colmo, cuando al final viene le cae una reprimenda… Fíjate como realiza alguna de las señales de calma que he nombrado antes, no es que pase de ti, es que intenta decirte “tranquilo, no te pongas así…”. En este caso, opta mejor por relajarte, no te enfades porque así sólo le asustarás y harás que tarde aún más en venir. Utiliza tonos suaves y alegres, haz gestos animosos de juego y cuando venga, aunque haya tardado felicítale, no le hagas una “fiesta”, pero refuerza el hecho de que haya ido hasta tí, así la próxima vez lo más probable es que tarde menos.
En fín, procura comunicarte con tu perro de una forma positiva, sé más consciente de cómo te comportas con él ya que constantemente le estás enviando señales que casi siempre le confunden. Durante el paseo por ejemplo, con el uso de la correa ya le estás transmitiendo como te sientes; cuando juegas con él y evidentemente cuando le das alguna órden.
Y para terminar te propongo que observes a tu perro cuando interactúa con otros perros, fíjate si realiza alguna de las señales de calma, o incluso cuando trate con humanos, y sobretodo contigo. No te olvides de disfrutar por completo de él/ella, cuando podemos entenderlos mejor, la relación es entonces muy positiva y lo agradecerás.
muchas gracias!!!
Nuria Corredera Larios
